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LA INICIATIVA CIUDADANA EUROPEA

¿Cuántas veces nos hemos preguntado cómo formar parte del proceso de la toma de decisiones en la Unión Europea? ¿Una cita con las urnas cada cuatro años en las elecciones al Parlamento Europeo es suficiente? ¿Por qué los habitantes europeos han sentido en estos últimos años cierta desafección hacia las instituciones?

Hasta 2012, además de los comicios para formar la eurocámara, la Comisión Europea, con el fin de poner voz a las inquietudes de los habitantes de la UE, convoca las Consultas Públicas, una forma de conocer la opinión pública sobre determinados asuntos en nuestro continente. 

La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), aunque no puede dar respuesta a todas las preguntas que se generan en la UE, es una evolución de esas consultas públicas que se siguen poniendo en marcha. La ICE permite que el ciudadano de a pie participe de forma directa en el desarrollo de las políticas de la UE.

Circuito, no exento de obstáculos, por el que ya han pasado 9 millones de personas en 6 años y, gracias al cual, se ha evolucionado en campos como la lucha contra la experimentación animal, el acceso universal al agua potable, la defensa del derecho a la vida o la reducción del uso de pesticidas en la agricultura

¿Qué es la Iniciativa Ciudadana Europea?

La Iniciativa Ciudadana Europea permite que un millón de ciudadanos, de al menos una cuarta parte de los Estados miembros de la UE, solicite a la Comisión Europea que presente una propuesta de legislación siempre y cuando estas propuestas se hallen en los ámbitos de competencia de la UE, no sean claramente abusivas, frívolas o vejatorias, ni contrarias a los valores de la Unión. Una vez que la Comisión estudia la ICE, se pronuncia sobre la misma y explica su decisión. Después, son el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE quienes disponen.

A priori, el millón de firmas podría parecer un número excesivo, pero si contextualizamos los datos, en términos de proporción poblacional, nos daremos cuenta de que es bastante razonable. En España, el procedimiento homólogo, la Iniciativa Legislativa Popular necesita de 500.000 firmas para salir adelante y en Andalucía, 40.000.

Desde 2012, solo 4 han prosperado

Hasta el momento, de las 41 ICE presentadas, solo cuatro han prosperado, el resto, o bien no ha conseguido el apoyo suficiente del millón de firmas, o han sido archivadas por no cumplir todos los requisitos de la misma.

Tanto la forma como el fondo de las ICE presentan cierta complejidad para una gran parte de la población por lo que, a pesar de ser una herramienta útil, aún está lejos de ser eficiente, pues no debemos olvidar que en la UE vivimos 500 millones de personas.

Precisamente por este motivo, el pasado verano, tuvo lugar una Consulta Pública con el objetivo de allanar el camino y revisar el Reglamento que regula la ICE en los siguientes aspectos: hacer que la Iniciativa Ciudadana Europea sea más accesible y fácil de usar para los organizadores y los firmantes y aprovechar todo el potencial de la ICE en cuanto a instrumento para fomentar el debate, y la participación ciudadana a nivel de la UE y contribuir a acercar la Unión a los ciudadanos. La propuesta legislativa que resulte de dicha consulta se conocerá como muy tarde a finales de 2018 para que pueda entrar en vigor en enero de 2020.